miércoles, 9 de diciembre de 2015

EL DERBI EN CASA: ASIGNATURA PENDIENTE

Los días pasan, el momento para la llegada del primer derbi de la Temporada se acerca sigilosamente, casi sin darnos cuenta, a menos que echando una mirada al calendario hace días que empezamos a ser conscientes de la dificultad que ofrecerá la visita del Sevilla FC tras la salida obligada al Estadio Insular canario. Tras ese partido los medios de comunicación sólo hablarán del próximo encuentro de rivalidad local. Nosotros nos adelantamos y mañana me copiáis.

Si bien, Heliópolis sabemos es feudo poco difícil para los visitantes desde la 82-83, salvo excepciones salteadas en las 83-84, 87-88 y 04-05 en Primera División, el resto ha presentado carices regulares o malos, incluyendo la máxima rivalidad cuya aportación no ha resultado nada positiva para los intereses albiverdes.

Habría que remontarse a los viejos campeonatos de Andalucía cuando empezaron a jugarse los primeros partidos oficiales, es decir, a partir de 1915. En aquel tiempo, pocas veces los béticos pudieron imponerse a sus rivales en los diferentes terrenos de juego en los que participó como local, jugados sobre todo en el Patronato desde 1918.

Abajo, partido del Campeonato de Andalucía jugado en el campo bético de la Enramadilla y que terminó con victoria local por 3-1:
Cuando menos, hasta 1925 en que se instaura el profesionalismo, los sevillistas, con mayor aportaciones económicas y ayudas federativas, se aprovechan del entonces amateurismo, consiguiendo victorias de todas clases y colores ante un Betis mucho más pobre ( recomiendo lean mi artículo sobre la " perspectiva obrera del Real Betis Balompié ", publicado tanto en la revista Balompié como en este Blog durante la Temporada pasada ). 

Un Sevilla, como decíamos, mejor organizado y también bajo una mentalidad ganadora incesante - que podría recordarnos la actual que desde hace unos años poseen -, vencía por 1-5 en la inaguración del terreno del Betis en 1918 en partido ya oficial, e incluso nos endosó algunos que otros avasalladores sets de 1-6, 2-6, o incluso hasta de 2-5. Otras ocasiones, pese también a la diferencia del resultado, rememoran la habitual mala suerte ante los blancos, como aquel 2-4 ante un Sevilla con diez jugadores y Spencer jugando de portero. Por otra parte, las victorias locales se contaban con la mano, destacando algunos resultados por 3 a 1 ( como en el partido del debut de Andrés Aranda, en 1921 ) o algún 2-1. 

Pese a llegar el profesionalismo antes mencionado y el Betis comenzar a crecer como institución, dentro de un periódo que podría estimarse entre 1925 y 1935, los verdiblancos también pierden partidos en casa contra el Sevilla, destacando el 0-4 en el Campeonato andaluz de 1930, o el 1-3 en 1929, cuando los béticos empatando hubieran sido campeones y los sevillistas, segundos en la tabla, que se lo jugaban todo, dieron la sorpresa. El desempate final jugado en Córdoba dio el triunfo al Betis, pero el disgusto anterior había sido de los grandes. Aquel mismo último año, conquistan la Copa Spencer en Nervión, pero a los pocos días se concreta un amistoso en el Patronato y se pierde por 1-4. Claro, lo importante fue lo de Spencer, pero su alegría habitual ya la tenían. En la foto, imagen del Betis, 0; Sevilla, 2 de la Temporada 29-30:  
Otras derrotas a citar fueron las de los primeros partidos de la Liga, pues aunque en 1929 se les ganó por 2-1, en las temporadas siguientes 0-2 y 0-1 sirvieron para que los de Nervión se llevaran el gato al agua. De igual modo, hasta nuestra gloriosa Liga de 1935 tampoco se libra de pinchazos, puesto en la penúltima Jornada, el Betis empata en el Patronato a dos goles frente a un eterno rival que a las primeras de cambio se adelantaba en el marcador. Aquel traspié acercó más al Madrid, aunque en la jornada siguiente obtuvimos el título en el Sardinero: 0-5 al Racing, pero ¿ por qué no una manita al Sevilla ? Cierto, la manita no ha existido nunca.

El Betis ganó la Liga en 1935 pero no pudo con el Sevilla en el Patronato. Escena de aquel partido:
  En la 35-36, el Betis gana por 1-0 al Sevilla; luego, también y por el mismo marcador se les vence en la rebautización del Estadio de la Exposición como de Heliópolis, en marzo de 1939, remozado tras el pésimo estado en que se encontró por el paso de las tropas italianas durante los primeros meses de la Guerra Civil. Aquel partido era valedero para el Campeonato de Andalucía; no obstante en la inmediata Liga 39-40, los locales pese a que conocen su primer descenso de la Historia, vuelven a ganar, en esta ocasión por 3-2, gracias a un gol de Saro poco antes de finalizar el encuentro. 

Al Betis le llegaban los malos tiempos, mientras que el Sevilla conservaba sus mejores hombres, su dinero y su línea ganadora, por lo que no era de extrañar que en su primer enfrentamiento copero jugado en mayo de 1940, se impusiera con la contundencia de 0-3 en Heliópolis. A los béticos les quedaba sólo la alegría de la honrilla de vencer por 2-3 en la vuelta. 

Sólo un escarceo en Primera División tuvieron los verdiblancos hasta 1958, concretamente la 42-43, en la que fuimos colistas con registros similares a los de las 90-91 o 2013-14. Por supuesto, la derrota casera ante los de Nervión formó parte de aquella triste historia, al finalizar el derbi con un sonado 2 a 5.

La permanencia del Betis en categorías inferiores concretó los encuentros de máxima rivalidad para trofeos no oficiales o de escasa relevancia. Así, el Betis se impone por 4-1 en la Copa Federación de 1942 ( antes de iniciar la Temporada 42-43 antes mencionada ). En 1945, estando en Segunda, otro torneo similar sirve para que en Heliópolis se le endose un 4-0 al Sevilla, quien tenía que naturalmente vengarse, al ganar por 2-4 en otro partido posterior. Sin embargo, en la Copa de Andalucía se le vuelve a ganar de nuevo por 4-1, en 1949. De estos choques se extrae el entusiasmo y el coraje de los jugadores ante su público de ganar al eterno rival, pese a la enorme superioridad de éstos. 

A partir de 1954, con un Betis ya en Segunda División, vuelven los derbis, naturalmente amistosos, siempre relacionados con la Cabalgata de Reyes Magos: 0-1, 0-2, 3-0 y 3-1, son los registros de aquella época. 

A raíz del ascenso de 1958, tras pasar una de las peores etapas de su Historia, el Betis no le concede la revancha al Sevilla tras el 2-4 de la inauguración oficial del Pizjuán, venciéndole por 2 a 0 en la Segunda Vuelta. De esta manera, se hacía justicia tras casi 22 años sin vencer a los sevillistas en nuestra casa en partido de Liga.

Claro que la alegría iba a durar poco en la casa del pobre, pues en la 59-60 se pierde por 1-4 ante unos blancos que estaban dispuestos a " vengarse " del pizjuanazo de año anterior, mientras que el Betis hasta el momento no pareció capaz de imponerse con cierta continuidad. Sin embargo, las mayores alegrías seguidas en derbis locales se escribirían entre 1961 y 1964. En la Liga 61-62, 3-1 para el Betis; en la Copa del 62, Betis, 1; Sevilla, 0; Temporada 62-62, Betis, 2; Sevilla, 1; 63-64, primer partido de Liga y victoria en Villamarín por 3-1 ( abajo, formación bética de aquel encuentro ).  Justo sería anotar el hecho que desde aquel 15 de septiembre de 1963 hasta la fecha, no ha vuelto a conseguir el Betis una victoria en un derbi local por ese marcador. Por último, en la 64-65 se gana también holgadamente por 2-0.
En 1966, el Betis vuelve a Segunda, no sin antes empatar en Liga por 1-2 ante los palanganas. En la 67-68 ambos son los que descienden, empatando a cero en Heliópolis. Al año siguiente, el Sevilla asciende y el Betis no, y aunque se le gana por 0-1 en Pizjuán, en la Segunda Vuelta se produce un desafortunado 2-2. Será en la 71-72 cuando el Sevilla bajaría y el Betis se salvó, no sin antes empatar a un gol en Villamarín. Como ven, la Historia siguió firmándose como siempre, o como casi siempre, sólo que los empates comenzaron a hacerse más presentes. La imagen nos muestra las alineaciones de los dos equipos en aquel partido:
Tres años pasaría el Sevilla en Segunda hasta que el Betis lo derrotara en la Palmera por 1-0, victoria que significó una alegría para la liga particular. Al año siguiente, pese a un quinto puesto y una Copa del Rey, es el Sevilla quien se impone por 0-1, volviendo la maldición de los verdiblancos al derbi con un gol de Scotta.

Desde 1977 hasta 1982 el Betis se hizo fuerte en casa contra el eterno rival, llegando a ser incluso hasta muy superior: 3-2 la 77-78, el famoso 4-0 del 80, 2-0 en las 80-81 y 81-82, fueron los avales banquiverdes. Fue, decimos, un periódo corto, que por supuesto incluyó el disgusto ocurrido el 9 de diciembre de 1980, en el partido de vuelta de la Segunda Ronda de la Copa del Rey. La ida terminó 2-1 para los sevillistas, mientras que en la vuelta un desconsolador 1-1 significaba la eliminación del Betis. En la foto, portada del abc del 20 de abril de 1980: de la mayor goleada frente al Sevilla han pasado ya más de 35 años:
Podemos afirmar que el balance entre victorias locales y visitantes comenzó a aumentarse a favor de los de Nervión, tanto a nivel cuantitativo como cualitativo, a partir de la Temporada 82-83. El 75º Aniversario del Real Betis Balompié fue un ejercicio deslucido, puesto que el 11º lugar no reflejó nunca la calidad de la plantilla bética, al igual que tampoco mostró la realidad que ofrecieron los cuatro derbis ligueros y coperos jugados: 1-2 en Liga y 0-2 en Copa significaron dos derrotas durísimas e incluso hasta injustas, como la del partido de Copa, en el que los verdiblancos hicieron hasta cinco balones a los palos.

En la 83-84, el Betis acaba 5º, se clasifica para la UEFA, no pierde ningun partido en casa y vence al Sevilla por 1-0. Al año siguiente no sucedería lo mismo, puesto que 1-2 fue la derrota sucedida ante los entonces entrenados por Manolo Cardo. Sin embargo, la principal e histórica alegría para los béticos ante los sevillistas en Villamarín sucedida en los últimos 21 años, tuvo que ser en la Copa del Rey: 3-0. Abajo, entrada del 1-2 favorable al Sevilla aquella Temporada 84-85:



En Liga, muchos béticos de entonces recuerdan aquel 1-0 conocido popularmente como el "Domingo de Romo", ya que fue el canterano quien marcó aquel gol de la victoria la mañana del primer día de la Semana Santa, un 31 de marzo de 1985. A partir de aquel momento la historia de los derbis en Heliópolis quedaría marcada por nada menos que cuatro derrotas seguidas ante el vicedecano del fútbol hispalense: 1-2 en la 86-87, 0-1 la 87-88, 1-3 en la 88-89 y 0-3 la 90-91. Fueron tiempos de plena crisis económica y en parte también deportiva para el Betis, todo lo contrario que en la acera de enfrente, donde el Sevilla de Cuervas vendió los terrenos del hoy Nervión Plaza invirtiendo en jugadores de élite. También fueron momentos en que las buenas relaciones entre los dos clubes sevillanos brillaron por su ausencia.

El trienio 1991-94 significó para la entidad del Villamarín un paso por la Segunda División. En 1992, Ruiz de Lopera avala y salva al Betis del descenso a Segunda B, afirmando construir un club fuerte y que diera su justa réplica al Sevilla. Se tardó un poco pero en la 94-95 el Betis fue tercero en la Liga y venció a los nervionenses en los dos campos ( 2-1 y 1-0 ). A partir de entonces, el Betis no fue capaz de ganar en su terreno a un Sevilla que vivió una tremenda crisis económica: 1-1 la 95-96, 3-3 la 96-97, de nuevo empate a un gol en la 99-00 donde no hubo revancha del 3-0 de la primera vuelta ( foto de izquierda, arriba ), así como un 1-3 con ambos clubes en Segunda, fueron los resultados cosechados durante los últimos años del siglo XX. Aquella derrota citada dio comienzo a la racha de Caparrós: es decir, el Sevilla, aunque económicamente no estuviera bien, jugaba a muerte los derbis; todo lo contrario que en algunos casos del Betis. La mentalidad, unida también a la suerte en momentos claves, sirvió para que ganarles en nuestra casa se convirtiera en una empresa imposible. Ni siquiera en la 01-02 ( 0-0 ) o en la 02-03 ( 0-1 ), fuimos capaces de marcarles un gol en casa. Al año siguiente, un empate a uno también dejaba a las claras que tener mejor plantilla no era suficiente. A la izquierda, Robert Jarni, quien marcó un gol legal en la puerta sevillista, anulado injustamente por Carmona Méndez, durante el derbi de 1997, un partido recordado no sólo por aquel gol, sino porque el Betis no sólo perdonó una goleada de escándalo, sino que además de un claro 3-1 se pasó a un empate en las postrimerías del encuentro.

La penúltima victoria del Betis en Heliópolis ante el Sevilla fue el 7 de mayo de 2005 con aquel gol de Oliveira. La victoria fue importante, pero como de costumbre exigua.  

El 2-1 del 2 de abril del 06 volvió a ser un triunfo pírrico para las huestes verdiblancas La entidad de Nervión comenzaba a crecer, tanto económica como deportivamente y estos factores se unieron al estancamiento bético, el cual terminaría como de costumbre en otro segundazo    . Desde entonces niños y menos niños sólo conocemos sinsabores cada vez que los sevillistas nos visitan. Abajo, Robert Da Pinho coloca el balón en las mallas tras marcar un tanto de penalty, adelantando a los verdiblancos en lo que sería hasta la fecha el último triunfo ante el eterno rival jugado en nuestra casa:


La eliminación de la Copa en 2007 a manos del Sevilla fue una página tristísima, no sólo por el Centenario bético, sino también por el botellazo que un salvaje propinó al entonces entrenador blanquirrojo Juande Ramos. En la ida se había empatado a cero, pero en la vuelta un gol de Kanouté sentenció la eliminatoria en el minuto 13 de la segunda parte. El partido fue suspendido reiniciándose unos días después a puerta cerrada, pero con la mala fortuna habitual para nuestros colores. 
Por supuesto, en la 2006-07 también empatamos a cero en el Ruiz de Lopera, mientras que en la 07-08 perdimos por 0-2. El año siguiente, también empate sin goles y descenso bético a Segunda División mientras que los títulos abundaban en Nervión. Y es que no ganarle al Sevilla en casa comenzaba a convertirse en algo usual.

El Betis va a iniciar esta nueva década bajo la Ley Concursal, lo que obligará a que los nuevos rectores gestionen bajo la rémora de una continua deuda. Aún así, en la Liga 2011-12, el Betis vence en Nervión por 1-2 gracias al llamado "Beñatazo" al final del partido; no obstante, el partido de ida registró un nuevo empate, en esta ocasión a un gol. Los béticos fueron decimoterceros logrando holgadamente la permanencia.

Es en la 2012-13 cuando regresamos a Europa. Un séptimo puesto clasificatorio obtenido por los de Mel nos avala, aunque de todas formas en el derbi local en Villamarín se vuelve a pinchar igualando a tres goles un partido que pronto comenzó a decantarse para los sevillistas ( 0-3 ). Una lástima, porque en la primera vuelta se había encajado un rotundo 5-1 y a priori se tuvo la posibilidad de cuando menos poder ganarles. En la escena, los jugadores béticos celebran uno de los tres goles que proporcionaron el empate en Heliópolis. Cerca se estuvo de un histórico 4-3 que jamás hemos conseguido:

TRISTE EPÍLOGO 

De nuevo a Segunda División en la peor temporada del Betis jugada en la máxima categoría. Indudablemente, la eliminación en la Europa League por mediación del eterno rival ( foto 3 ), ha quedado para la Historia como el peor día del Betis. El "señorío" sevillista quedó reflejado en el estado del vestuario (foto 1 ). Pero de esta forma, además, se allanaba prácticamente al Sevilla el paso hacia un título que finalmente se llevó de nuevo. Por supuestísimo, tampoco hay que dejar en el tintero que en Liga también volvimos a perder por el mismo marcador contra ellos, con descenso incluido (foto 2).

 


HELIÓPOLIS NO PERDONA. LAS CLAVES.


Este pequeño resumen ha intentado acercarse a la realidad histórica del compendio de los Betis-Sevilla. La visión podría aparentar cierto pesimismo, pero las crifras no pueden engañar a nadie. Sobre el papel, las claves de los resultados deportivos deben estar en la diferencia de una gestión  continuada del Sevilla, orientada al crecimiento y la ambición; mientras que por parte del Betis ha sucedido algo similar en contadas ocasiones. Por otra parte, unimos también un espíritu luchador que en Heliópolis tampoco es mantenido: la mayoría de los dirigentes béticos ambicionaron o cayeron en un conformismo, formando parte de una retahila, de fracasos económicos y deportivos, de lo que se colige una terrible interrogante: ¿ son la mayoría de los béticos conformistas ? Pudiera ser que sí, porque los mismos dirigentes, directivos o consejeros emanan de la misma afición. No hay que confundir el luchar para sobrevivir con el luchar para ganar.

Dejando atrás los antecedentes, la actualidad nos enseña un Betis con una sóla victoria en casa por la mínima ante la Real Sociedad, dos empates y todo un cúmulo de derrotas con resultados variados, alguno de ellos esperados, como el del Atlético de Madrid. Del rival no hablaremos, que hablen quienes les correspondan, salvo dos apuntes como son la diferencia de inversión entre las dos plantillas y el hecho de que buscarán la primera victoria fuera. Pese a todo, el Betis debe afrontar este derby con la obsesión de ganar, y esa circunstancia debe forzosamente de pasar por la planta noble. Todo lo que no sea contemplar este partido como una verdadera final es un fracaso. Ni siquiera el empate: hay que ganar, y es posible, pero también necesario.